martes, 26 de enero de 2010

Richard Cory

Cada vez que Richard Cory iba al centro
desde las aceras lo mirabamos pasar:
era un caballero de los pies a la cabeza,
atractivo y esbelto, de porte imperial.

Y siempre vestido con gusto discreto,
y siempre se mostraba humano al hablar:
pero seguia acelerando los pulsos al decir
"buenos dias", resplandeciente en su andar.

Y era rico -si, mas rico que un rey-
y admirablemente versado en mil cortesias:
en suma, nos parecia que lo tenia todo
para hacernos desear vivir aquella vida.

Asi seguimos trabajando, y esperando la luz,
y nos pasamos sin carne, y maldecimos el pan;
y Richar Cory, una tranquila noche de verano,
se fue a casa y se metio una bala en la cabeza.

E. A. Robinson

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